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El cuarto oscuro es una pequeña habitación o cubículo al cual se le han tapado todas las rendijas y entradas de luz del exterior para evitar que esta dañe las sustancias químicas, el papel y todo el material sensible a la luz que se usa para el revelado fotográfico.
El término cuarto oscuro fue utilizado por primera vez por Johannes Kepler en su tratado Ad Vitellionen Paralipomena (1604). En este tratado sobre la luz y su reproducción definió y expuso sus análisis sobre el cuarto oscuro, que posteriormente sirvieron para el desarrollo del telescopio.[1]
En sus orígenes, el cuarto oscuro consistía en una simple habitación cerrada con un pequeña rendija en una de sus paredes por donde podía entrar la luz. Esta luz penetrante originaba una imagen del exterior en la pared contraria al agujero, con la curiosidad que la imagen resultante se encontraba invertida y poco nítida. Con el paso del tiempo, el cuarto oscuro ha ido evolucionando y por ello pasó a convertirse en una pequeña caja mucho más manejable y en la cual se colocó una lente óptica delante del orificio para poder mejorar la calidad de la imagen obtenida.[2]
La persona que revelaba las fotografías en el cuarto oscuro tenía que trabajar a tientas en absoluta oscuridad. El material fotosensible era: el papel fotográfico (en el cual se imprime la imagen), los rollos de película que aún no han sido revelados, y los productos químicos, como el revelador, el detenedor y el fijador.
Para la fotografía en blanco y negro se suele usar un pequeño foco de 12 o 15 vatios de color rojo, ya que la luz roja casi no afecta al material fotosensible. Aunque el rollo fotográfico es preferible revelarlo en absoluta oscuridad, ya que es mucho más sensible a la luz que los otros materiales y sobre todo que muchas imágenes, son irrecuperables en caso de daño del negativo.
El uso del cuarto oscuro está casi obsoleto debido a la utilización de modernas máquinas que revelan e imprimen los rollos fotográficos de manera automática, sin intervención humana, incluso en lugares absolutamente iluminados. Otro factor que ha llevado a su decadencia es la aparición de las cámaras fotográficas digitales, que exhiben la imagen fotografiada instantáneamente y pueden imprimirla en cualquier impresora de una computadora con diversos niveles de calidad.
Esta práctica tiende a desaparecer, desplazada por las nuevas tecnologías, y solo pocos artistas o profesionales de la fotografía continúan trabajando en el cuarto oscuro para obtener resultados con efectos y acabados especiales, hasta el punto de que alguna de las más grandes multinacionales ha tenido que echar a sus trabajadores o, incluso, cerrar sus puertas.[3][4]